Son numerosas las investigaciones neurocientíficas que ponen de manifiesto la relación entre música y alzhéimer. Las melodías y las letras de las canciones ralentizan la pérdida de memoria y mejoran el lenguaje.

Uno de los últimos estudios realizados sobre el Alzheimer concluye que los enfermos en las fases más avanzadas son los que ofrecen una respuesta emocional más evidente y poderosa ante la música, con un efecto más que beneficioso para su estado de ánimo y bienestar.

El efecto en el cerebro es inmediato. Al oír la música, rápidamente despiertan del ensimismamiento que les invade en muchos casos, reaccionan, lloran, ríen, se concentran y fijan la mirada perdida. 

Las últimas áreas que se eliminan en un cerebro devastado por esta enfermedad son: las encargadas de la memoria musical y las que permiten sentir emociones. 

La música queda registrada en áreas diferentes de las del resto de recuerdos y mientras que todas esas zonas van llenándose de oscuridad, que se traduce en el olvido y deterioro cognitivo, la zona de almacenamiento musical se mantiene vívida con el paso del tiempo.